Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 5 de enero de 2022

Curaciones

 Hace años un buen amigo aficionado a jugar al baloncesto sufrió un fuerte esguince de tobillo, que lo tuvo inmovilizado varios días. Procedente de una zona rural de interior, lejos de acudir a un médico para tratarse su dolencia, se acercó a casa de un conocido curandero de la zona, que tenía fama de tener manos expertas tratando este tipo de lesiones.

  A los pocos días cuando le vi de nuevo, visiblemente tan cojo como antes, le pregunté que cómo llevaba el tratamiento, y me dijo que sólo acababa de comenzarlo. Y en un momento se levantó la pernera del pantalón para mostrarnos la zona afectada, visiblemente más hinchada y con un moratón que se había extendido pierna arriba. 

 Aquellas supuestas manos expertas, casi le cuestan una cojera perenne a mi buen amigo. No volvió a visitar ni a ese, ni a ningún otro curandero, como no podía ser de otra manera.

 Aquello pasó ya digo, hace muchos años, y es sorprendente como con el paso de los años, este tipo de personas, ajenas a cualificación alguna, siguen recibiendo visitas de enfermos, que ponen en sus manos su problemas, en vez de en los de la medicina tradicional.

 Sin duda, cada uno es muy libre de creer y disponer de su cuerpo, aunque a veces tengan que atenerse a las consecuencias. Ver a quien está para sanarte como un enemigo, es algo que se escapa a cualquier argumento y comprensión razonables.

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