El equipo A ha regresado de nuevo, mercenarios de fortuna, que atienden a llamadas desesperadas de gente metida en problemas.
Esta vez los beneficiados han sido perros, abocados a una muerte segura, rodeados por ese mar de lava que tiene a La Palma, desgraciadamente patas arriba.
Nadie sabe quién ha sido, ni dónde están los animales, siendo como es tan pequeña la isla, antes o después se sabrá quienes han sido, y donde están los sufridos animales, protagonistas involuntarios de un drama que está dejando a cientos de familias con lo puesto.
Falta saber cual será el fin de historia, y qué clase de sanción sufrirán estos héroes casi de ficción, al entrar en zona prohibida por razón de seguridad y fuerza mayor. ¿ Serán ecologistas en acción bajo la luz de la luna, gente de Protección Civil, vecinos ocultos que se niegan a abandonar sus hogares, aún a riesgo de perder la vida? Incluso en momentos tan dramáticos como éstos hay lugar para la especulación, y quien sabe si para el sainete.
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