Después del palizón, tocaba la calma, la de seguir una ruta asequible y plana, que nos permitiera reponernos de tanta cuesta y pedregal. Y para ello nada mejor que rebajar los kilómetros de caminata, haciendo paso por tierras verdes llenas de parras que han conocido mejores epocas y vendimias.
Y como de reponerse se trataba, nada mejor para ello que acabar la ruta diaria en el pueblo de las termas y baños reales, donde por caprichos del destino y sin quererlo, acabamos por reservar habitación en un balneario que ademas de desayuno, nos ofreció la posibilidad de darnos un baño en su piscina climatizada.
Y como se trataba de ponerle colofón a tan dichoso día, cena, copas y música en directo, nos pusieron a tono para continuar ruta hasta padrón, antesala del objetivo.
Pasito a pasito, con buen espíritu, sacrificio y buena compañía. con mimbres así es casi imposible no conseguirlo todo.
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