Y llegó la hora señalada, en tiempo y forma, y con la lluvia por compañera, para poner el colofón que hace famosa a esta tierra, pasada por agua, elemento base sobre el que se funda ese verde tan hermoso como envidiado que la envuelve,
Comenzamos siendo dos, y hemos acabado siendo seis, tres chicas y un perro, que han hecho con nosotros, los cerca de ciento veinte kilómetros que han distanciado nuestra aventura desde su comienzo en Tui.
Con el paso de las horas y la distancia que marcan las 48 horas que han transcurrido desde que pusimos pie en tierra en el Obradoiro, cierro esta pequeño anticipo de dietario, al que serguirá otro más detallado con fotos y colaboraciones adicionales. Seguiremos informando.
Yo por mi parte sigo acumulando Compostelas. Dominicum volvió a hacerlo, acabando como nunca, sin mácula de ampolla ni dolor muscular o articular alguno. Otra miuestra de que este camino no podía ser igual a los demás.
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