Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 8 de octubre de 2021

El botas

 Algo se muere en el alma... cuando se cierra un bar, uno de esos emblemáticos que por décadas ha permanecido abierto en uno de los barrios más concurridos de la capital, pasando por su barra generaciones diferentes, siempre amantes de la música rock.

 Anoche volví a entrar en el local de lo que hasta hace unos meses fue El Botas, en Lavapiés, que mantiene intacta la distribución y la  barra de madera, a la que alguna capa de barniz le ha dado un lustre que nunca tuvo cuando era un tugurio de roqueros. Estrecho y en forma de L, por sus taburetes podías ver gente de las peores pintas, alternando con otra bien vestida. Nada unía más que tomar una copa o una cerveza, en un garito entrañable, con la mejor música.

 Lugar de recuerdos estupendos, de ligoteo con la penúltima, desinhibidos por el fragor del alcohol que invitaba a enrrollarse, con su luz tenue llena de intimidad, pese a estar lleno de gente.

  Anoche, el primer juernes en mil años en mi haber,  el panorama era diferente, con música reguetón enlatada que invitaba a los amantes de lo latino a frecuentar sus aledaños. Ni sombra de lo que fue.

 Renovarse o morir, queda ver cómo sigue la noche madrileña después de tantos meses de encierro y restricciones. Mucho me temo que nos quedarán mas responsos que rezar en recuerdo de tantos templos de la noche. Amén.

 

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