Felipe

 En la rampa de salida, camino de la expulsión del partido, aquel que ayudó a refundar en el año 74, cuando del Congreso de Suresnes, a las afueras de París, perfiló las lineas ideológicas y de acción de un partido que en poco tiempo dejó la clandestinidad para liderar el país y sus cambios en democracia.

 

 Hoy en una entrevista radiofónica, Felipe González, Presidente del Gobierno desde 1982 hasta 1996, ha renegado de su sucesor en La Moncloa, a quien no votará si vuelve a ser cabeza de lista en la próxima convocatoria de elecciones. El aval de la Ley de Amnistía  ha sido la gota que ha colmado el vaso.

 

 No es el único que se muestra crítico, pero sí es el más llamativo. Nadie se imagina al ex-presidente fuera de la formación con sede en la Calle Ferraz. 

 

 Se avecinan salidas de históricos de un partido, que se fractura entre la vieja guardia y la dirección actual. Las consecuencias de esta crispación interna, son imprevisibles y amenazan con romper el partido en el gobierno. Nunca antes el futuro del PSOE había sido tan incierto.

 

 Felipe siempre fue el principal aval del partido socialista y cuesta trabajo imaginarlo fuera de las siglas en las que milita desde hace más de sesenta años. Otro frente más abierto que sumar a los muchos que tiene la política española en estos momentos, cuyo clima y ambiente es irrespirable. Uno echa en falta aquellos días en los que no pasaba absolutamente nada.