Delirios de grandeza, déspota sin límites, caprichoso, adicto al juego, como si de una partida de cartas se tratase : Aprendiz de Luis XIV.
Hoy te declaro la guerra, luego digo que hay paz. Mañana altero los precios de mercado, más tarde me aburro y declaro un armisticio comercial.
Maneras aleatorias y caprichosas que recuerdan a otras épocas, cuando los jefes de estado y de gobierno eran elegidos por derecho divino y por pertenencia a una dinastía y maniobraban con absoluto desprecio hacia sus súbditos, sin más valor que el pudieran darle sus manos contribuyentes, pagadoras de diezmos laicos y espirituales.
Aires autoritarios, gestos absurdos, comportamientos inmaduros e infantiles; monarca todopoderoso elegido por sufragio reincidente, en un segundo turno que amaga con prolongarse con un tercero.
Delirante. En manos de quien hemos dejado el mundo. Las imprudencias, se pagan. No es un eslogan de la DGT.
A la merced del inspirador del espíritu MAGA, así estamos y esto sólo acaba de comenzar. Seis meses que son un dolor y que presagian un mandato completo que va a terminar por desquiciarnos a todos. A disfrutar de lo votado.
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