Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 23 de mayo de 2024

Huella de carbono

 Mi calculadora personal de contaminador agresivo está bajando considerablemente en la últimas fechas, desde que la falta de transporte privado me está abocando a utilizar los medios colectivos para mis desplazamientos. De hecho, he de coger los que tenemos disponibles en Madrid:  bus, metro y tren cercanías, para acudir los tres días preceptivos que marca mi empresa, de presencia física en la oficina.

 Como sigo por debajo de la media en lo referente a coger vuelos y a otras prácticas como el uso en exceso de plásticos, puedo decir que mi karma ecológico se está blanqueando y no llega a casi inmaculado por culpa del smartphone, cuyas cargas diarias de batería son un lunar negro del que es muy difícil prescindir.

 Contaminación que ahora tiene nombre y apellidos, la famosa huella de carbono, constructo acusador que cuelga el sambenito de infractor a todos y cada uno de nosotros. Cosas de la conciencia verde, excelsa en unos casos y magra en otras, como suele ocurrir a todo ser volitivo y consciente.

 

 

 

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