Brisa que refresca y mueve nubes negras, hasta el punto de juntarlas y pintar un escenario oscuro y húmedo. No tarda en arreciar tras lanzar el aviso en forma de goterones sueltos que caen como bólidos para impactar en el suelo y cabezas.
Movimiento de sillas, terraza que queda huérfana de inquilinos y mesas que pierden sus consumiciones. Guarnecidos, sólo queda observar el espectáculo por ventanas, mientras la lluvia,en apenas unos instantes, cubre con su manto de agua, suelos que antes lucían secos y llenos de polvo.
Chaparrón de primavera pasajero. Refresco en medio de calores inusuales, fuente de aromas a tierra mojada, siempre esquisitos. Cosas de mayo en su medianía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario