domingo, 5 de mayo de 2024

Escampa

 Nubes y claros. En medio de la ventisca, del aguacero inmisericorde, pides que escampe y juras no olvidarlo.

 Y llega el momento en que el cielo disipa las nubes oscuras y las palabras se las lleva el viento, junto a los pensamientos. Es sorprendente cómo la cabeza arrincona los malos ratos que subsisten, pero sepultados, en una especie de cueva interior subconsciente,  que no sabes cuando ni en qué momento, vuelve a resurgir.

 Siempre escampa y la mente se reorganiza.  Siempre.

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