La Fiscalía General del Estado lo incluyó como elemento destacado y significativo en su memoria anual, pero no es más que otra voz, otro informe, que pone en alerta un hecho más que llamativo de un tiempo a esta parte: el incremento de delitos sexuales cometidos por adolescentes.
¿Causas? Seguramente sea tema con varias aristas y complejo de atajar de inicio, aunque podemos barrutar algunas razones detrás de estos comportamientos.
Todos hemos sido adolescentes, una época en la vida en la que la personalidad aún está en formación, convirtiendo por tanto a sus inquilinos en seres altamente influenciables y es precisamente ahí, en las influencias y de dónde proceden las mismas, donde hay que poner el ojo y prestar toda la atención.
Internet y su mundo sin puertas cerradas es una de esas aristas que antes mencionábamos; el acceso al porno con suma facilidad, sin cortapisa alguna desde cualquier terminal, es un elemento preocupante. No se trata de censurar pero sí de controlar unos contenidos para adultos que deberían tener más barreras para acceder a los mismos.
Control al que debe colaborar la vía parental, con tacto y mucha psicología, con mucha conversación; la mejor manera de concienciar a un adolescente es abrir cuantos canales de comunicación sean precisos. Para armar de valores, hay que mostrar compromiso, interés y también respeto por unos niños que cada vez lo son menos por estar en puertas de la edad madura.
En fin, educación, comunicación y sensibilización,además del control de contenidos, pilares necesarios para atajar un problema que cada vez lo es más.
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