Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 27 de septiembre de 2023

Blanquear

 Revuelo parecido al que se formó en su día cuando Julio Medem estrenó La Pelota vasca, la piel contra la piedra, documental que pretendía dar voz a todas las partes implicadas en un conflicto sangrante durante cincuenta años.

 Dar voz no significa blanquear; plantear los hechos con las opiniones de la "otra parte", nunca significa justificar comportamientos, ni dar publicidad gratuita a nadie. Es trabajo periodístico y de divulgación. La verdad siempre nos hará libres, aunque sea a costa de ver y oir cosas que duelan.

 Veinte años después, No me llame Ternera, firmado en esta ocasión por Jordi Évole, ha levantado las mismas ampollas, polémica magnificada por unas redes sociales que corren como la pólvora y mandan mensajes a cualquier parte casi instantáneamente.

 Enfocado desde otra perspectiva, en clave de entrevista individualizada, el periodista catalán desgrana la trayectoria del antiguo jefe terrorista, sometiéndole a una bateria de cuestiones en las que no se deja nada. Baste comprobar el número de veces en que pone en un aprieto al entrevistado, incapaz de salir con solvencia de varias de las situaciones planteadas. No en vano, el nombre de la cinta, ya de por si pone sobre el tapete las incongruencias y miserias del interpelado, avergonzado de su mote como asesino, mochila de la que nunca podrá privarse por más que quiera.

 Insisto, la información no sólo nos hace más libres, nos da poder; capacidad para discernir lo correcto de lo que no lo es; conociendo hechos que no por pasados pueden silenciarse, mantendremos viva la llama del recuerdo de seres inocentes masacrados injustamente. Documentales como éste, son de obligado visionado, especialmente para las nuevas generaciones, carentes de una experiencia real sobre lo sucedido y que ven estos hechos desde la distancia completa que da la ignorancia.

 La cinta retrata al protagonista, casi diría, de manera magistral. Cínico, obseso, incapaz de mostrar un mínimo de decencia y dignidad, hasta el punto de no pedir disculpas porque no crean que sirvan para nada a estas alturas. Nada mejor para desnudar a un necio, que dejarle mostrar "su verdad", para que se retrate como lo que es, un ser desalmado y sin entrañas.  

 

 

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