Si uno se para a pensar cuantas cosas ha dejado a medias por el camino, quizá pierda la cuenta. Propósitos promovidos por mil incentivos, que por unas causas u otras se quedan en proyectos sin culminación.
Sin epílogos no hay realización, tan extendida opinión como, seguramente relativa en cuanto a la verdad que esconde. Cada trayecto que se comienza cubre unas necesidades, hasta que éstas, dejan de ser tales, o simplemente se derivan hacia otra parte. Sólo lo que se desea intensamente y no se consigue, puede generar zozobra, pero no el resto. Las demás son etapas puntuales, muescas de un deambular existencial, parte imprescindible de cualquier recorrido de vida. No importa las veces que te quedes a medias en algo, si siempre hay una ilusión detrás que da ganas de hacer cosas. No sólo llegando se disfruta.
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