A raudales, cae a chorros por doquier, no hay mayor tesoro, ni mayor riqueza que la de sentir que estás en el pensamiento de alguien, de notar que importas.
Multimillonario en aprecios. No se necesita mayor plenitud.
Vuelta a las recensiones literarias, (¡Ya lo echaba de menos!) y encima por la puerta grande. Titulada con el nombre de Los Maia y publi...
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