A raudales, cae a chorros por doquier, no hay mayor tesoro, ni mayor riqueza que la de sentir que estás en el pensamiento de alguien, de notar que importas.
Multimillonario en aprecios. No se necesita mayor plenitud.
Es un accidente geográfico, un estrecho para ser más precisos y apenas tiene una anchura que llega en su punto más lejano a los cien kilóm...
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