Es un género en el que me prodigo poco, de hecho la última vez que fui a ver una comedia de enredo, fue Burundanga, otro montaje que estuvo muchos años en cartelera con gran éxito.
En esta ocasión, acudiendo para ello al Teatro Muñoz Seca de la capital, la obra a descubrir era En ocasiones veo a Umberto, otra representación que lleva ya algunas temporadas en marcha, con notable afluencia de público.
Una viuda que recibe la visita de su hermana postiza para darle el pésame por la muerte del marido, Umberto, del que confiesa, que le hubiera gustado despedirse de otro modo tras su muerte por infarto viendo un partido de fútbol; para paliar eso, recurren a los servicios de un medium, que resulta ser un farsante, al que luego la argucia le sale por la culata, comprobando con horror que sus poderes de pega resultan ser de otro modo.
Es la base de una trama que recuerda en muchos aspectos a la famosa película de cine, Ghost, sin que ello reste un ápice de gracia a una comedia cuyo enredo aumenta progresivamente, haciendo que las carcajadas se sucedan y la duración del espectáculo se haga corto. Ideal para amantes del teatro de humor o para quien quiera encontrar un momento de diversión sin mayores pretensiones.
Aunque el elenco de actores es inmejorable, destaca la interpretación de Manu Badenes, magistral, actor de largo recorrido, sin ningún género de dudas.
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