Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 9 de agosto de 2022

Guggemheim

 Ese fue nuestro plan de vuelta, pasar menos de tres horas en Bilbao, con un desayuno copioso, al que no podía faltarle un pincho de tortilla de patatas y visita al homenajeado este año Museo Guggemheim, principal precursor de la revolución que en mil novecientos noventa y siete dio origen a casi una nueva ciudad, lejos de su pasado frío, oscuro e industrial.

 Veinticinco años contemplan la obra de Frank Gehry, el museo del mundo más visitado por fuera que por dentro, el centro de arte que minimiza las exposiciones que muestra dentro, ante el inconmensurable mosaico de planchas de metal, cristal y hormigón que jalonan su presencía en los aledaños de la ría.

 Rendí pleitesía a esta joya arquitectónica por primera vez en dos mil dieciocho, cuando un fallido viaje en pareja, dio paso a una solitaria excursión cultural, que desde la Basílica de nuestra Señora de Begoña hasta  el Casco viejo de la ciudad, acabó con mis pasos en el museo.

 Entonces la exposición motivo de la entrada era una del escultor suizo, Giacometti. En esta ocasión la razón ha sido otra bien distinta: visitar Motion. Autos, Art, Architecture, una restrospectiva de la historia del automóvil , con la muestra de vehículos de época, prototipos futuristas, modelos deportivos y coches icónicos que son ya una referencia en todas las épocas.

 Acompañado de un ingeniero industrial que ha dedicado muchos años de su vida profesional al sector de la automoción, no podía ser de otro modo.

 Digno colofón a un viaje breve pero intenso. Felicidades y larga vida, Museo.

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