A mi manera. Carretera y manta. Sesión contínua de otro día de dieciocho horas en danza desde que puse pie en tierra.
Seginda etapa. Quinientos treinta y dos kilometros de subida, para poner punto y final a este verano de largos desplazamientos sin cruzar fronteras.
Palos y ordenador en ristre, fiando la suerte al viejo Ford. Que la carretera nos sea propicia y tranquila.
Mañana desde el Foro inauguraremos la estacíon venidera, aunque al estío le queden casi tres semanas. De cabeza ya estamos en otra historia.
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