De arriba a abajo, perfectamente escalonadas, como si de alguna pirámide jerárquica se tratase, así estaban las inquilinas del palomar improvisado, en perfecto escorzo, mañaneando en tareas de despeluche, forma clásica de despertarse y desperezarse en el reino aviar.
Quizá sea propio de la convivencia, de formar parte de un grupo. En todos los reinos se hacen colas, hay listas, y se ocupa un espacio en una pirámide. Animal politikon.
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