Macromachismos

 Leo en una de las cabeceras deportivas más seguidas en el país, un artículo referente a un jugador de la liga profesional estadounidense de baloncesto, donde no se habla sobre su faceta deportiva, sino personal, haciendo alusión a un encuentro que el jugador habría tenido con una actriz de cine para adultos. 

 Con un escueto como contundente: Fue aburrido, se culmina la referida noticia, cómo no, acompañada por fotos de los dos protagonistas, que son en realidad el foco de atención de una entrada, que por noticiable, solo refiere que dos personas conocidas en sus oficios han estado juntos.

 No deja de ser sorprendente el tufillo machista que denota la prensa deportiva de este país. A sus ya tradicionales fotos de contraportada en las que algunos medios muestran a a alguna fémina en cueros, o casi, siguen sus cada vez más concurridos foros de seguimiento de la vida amorosa de las estrellas deportivas, en las que se hace alusión con el término WAG, ( wives and girlfriends), a las acompañantes de cada cual; me pregunto si algún día las incipientes estrellas de las jugadoras de fútbol y baloncesto femenino, por no citar otros deportes, tendrán una sección que se denomine algo así como HUB, ( husbands and boyfriends), o si se buscará un termino neutro para no significar el sexo de los acompañantes cuya orientacion sexual puede ir hacia un lado u otro, y es que para figurar como floreros, tanto valen unos como otros.

 Pero volvamos a la noticia. ¿ Qué aporta una entrada así en un periódico considerado como medio serio? Poner en tela de juicio la virilidad o rendimiento de un atleta en la cancha que, al parecer, no da la talla en otros ámbitos,por mucho que meta cuarenta puntos en la cancha deportiva,

 Podemos hablar así de una especie de intrusismo informativo, qué duda cabe. Y no son los medios deportivos los únicos que se han abonado a la prensa rosa; Incluso las cabeceras de noticias generalistas, ya disponen en internet de su correspondiente sección, que a buen seguro degustarán en mayor medida los hombres antes que las mujeres. Para muestra, un boton: Sólo basta ver en una peluquería de caballeros, a quien espera su turno para cortarse el pelo, que cogerá antes quien tiene que hacer tiempo, si un periódico o una revista del corazón.

 País de morbosos, país de cotillas y, lo peor, país de machistas a los que se alimenta encima desde los medios. Tan viejo como las historias de Carpanta. No por avanzar en el tiempo, se evoluciona.