Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 18 de junio de 2021

Feria

 Es uno de los títulos revelación en el mundo editorial, como demuestran las diez ediciones que lleva publicadas Circo de Tiza de la primera novela de Ana María Simón, Feria.

 Éxito al que le ha venido de perlas para amplificarlo, la comparecencia de la autora en la conferencia organizada para presentar el Proyecto España 2050, contra la despoblación. 

 Feria es ante todo un canto lleno de nostalgia y de recuerdos, un pasaje corrido de la vida personal de su escritora, a caballo entre la localidad manchega en la que nació y el pueblo toledano en que se crío, antes de venir a la gran ciudad a iniciar su vida profesional.  En sus páginas se rememoran escenas y anécdotas de una vida tranquila, pero también dura, de pueblo, en donde sus personajes, ataviados con los más dispares oficios y estilos de vida, sacaban adelante sus familias, sus haciendas y sus propias vidas.

 Es por lo tanto un canto de homenaje a una parte de esta España que parece haber renegado de ese mundo de interior que durante tantos años fue cantera de los grandes centros industriales, y que ahora ya no lo es, pues cada vez queda menos gente en él.

 El fantasma de la España despoblada y casi inédita, de la que nunca se habla, de la que fue primer mentora Teruel con su eslogan, queda fielmente reflejado a través de las vivencias de una de sus hijas, que además aprovecha esos pasajes de recuerdo, para denunciar la falta de oportunidades que azotan a los más jóvenes, muchos de ellos huidos de la España despoblada para alcanzar una vida mejor en las grandes ciudades, algo que no encuentran.

 Con un estilo desenfadado y despejado, lleno de frases corrientes, expresiones coloquiales,  Ana Iris Simón elabora este texto reivindicativo, duro por momentos, severo con el sistema y sus ramificaciones políticas y económicas, y también con la mentalidad de las gentes actuales, incapaces de valorar los tesoros y oportunidades que el mundo rural puede ofrecer a propios y extraños, que piden un futuro que no cierre puertas a esa otra España, de interior.

  



 

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