EBAU

 Terminaron los exámenes. Comienza un largo verano de descanso y de ocio, aunque la cabeza no descansa después de terminar las pruebas de la EBAU, eso que los que peinamos canas llamabamos en su día selectividad. 

 Toca elegir destino. Parece una elección diminuta, pero en muchos casos determinará el devenir de toda una existencia.

 Recorridos futuros que desembocarán en una graduación que es una antesala de la vida laboral. Buenas noticias para quienes comienzan ahora estudios universitarios, saber que tienen cuatro años por delante antes de que les lancen a los pies de los caballos, en estos tiempos de enlaces de crisis, una detrás de otra.

 Etapa de ilusiones, de crecimiento continuo de viajar y conocer, de hacer amistades que durarán toda la vida. Ya se sabe que no hay vida más dura que la de estudiante. Que dentro de cuatro años, para los que se licencian hoy y esperan plaza en las escuelas y facultades, no sea esto la antesala de un camino caótico, incierto y cruel.