Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 5 de febrero de 2021

Miedo

En apenas nueve días los catalanes serán llamados a las urnas para ejercer su derecho al voto. Nueve días en los que los cientos de miles de indecisos, pueden determinar que se configure una mayoría que defina un gobierno de una tendencia u otra.

Será el punto y final a la interinidad de Pere Aragonés, primer presidente catalan no electo, que ha ejercido la presidencia en funciones ras la inhabilitación del verborreico Quim Torra.

Cuatro presidentes desde 2017: Más, Puigdemont, Torra y Aragonés y ninguno, normal. Al primero lo defenestraron los representantes de la CUP, negándole la oportunidad de ser investido pese a ganar los comicios, al segundo lo apeó la aplicación del 155, tras saltarse a la torera cuantos requerimientos se le hicieron para que no se saliera del tiesto; al tercero lo inahibilitaron por incumplir disposición de la Junta Electoral Central, siendo corroborada por el Tribunal Supremo y el cuarto es un president títere, atado de pies y manos entre las disputas de ERC y JxCat, principales actores del espectro independentista.

 Es la primera vez en muchos años que puede salir un gobierno constitucionalista, aunque las cuentas no den para que se constituya solo con partidos no soberanistas. De una forma u otra, todos los caminos parecen conducir a la reedición de un tripartito que defenestró por dos veces a la lista más votada liderada por el convergente Artur Mas.

 Dudas, las propias de unos comicios a las que ahora se suman las que genera el virus, que también vota el próximo catorce de febrero. De momento queda por configurar cada mesa electoral, a la que decenas de ciudadanos reacios y temerosos están rechazando su designación.

 Todo apunta a una participación baja, aunque en Cataluña nunca se sabe. Los soberanistas saben que se debilitan si la afluencia baja en exceso. El cansancio y enfermedad formarán parte de una ecuación de resultado incierto. 

 Serán las elecciones del miedo para todos según el prisma en que se miren las cosas: miedo a que nada cambie, a que si lo haga y sea el PSC el que lidere el cambio, miedo al virus y a las cadenas de contagios en los colegios electorales. Miedo a la carcel y a unos indultos que malamente pueden justificarse con la ley en la mano. Miedo y más miedo. Quien sabe, igual después de la tempestad llega, para variar, la calma. Que ya son diez años de galernas. Y aburre.

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