Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




lunes, 1 de febrero de 2021

El valor de lo corriente

 Tal vez fuera 2005, cuando tuve conocimiento, por primera vez, de la existencia del canal Youtube, y por aquellos entonces la búsqueda de canciones o videos puntuales era el objetivo esencial.

 Ponerle puertas al campo, intentar cobrar royalties y derechos por cada reproducción. Otras aplicaciones han alcanzado rápidamente conocimiento y beneficio, a través de esta nueva forma de divulgación que ha enterrado para siempre la forma de acceder a la música.

 Donde quedarán esos años de comprar cintas de cassettes vírgenes, para grabar canciones de la radio, buscando la mejor sintonización posible para evitar interferencias, y con el dedo puesto en el boton del stop, para cortar la grabación en cuanto volviese a hablar el locutor de radio, que casi nunca debaja escucharse la canción entera...

 Con plataformas como la de Youtube, aquellos tiempos se superaron definitivamente. Si ya entonces la cassete estaba en decadencia con la llegada de los compact discs, éstas terminaron por entregar la cuchara. Ahora son parte de las reliquias que muchos guardamos en casa, y que por pena, más que por uso, no terminamos de tirar a la basura.

 Pero internet y todas sus posibilidades no solo han cambiado el mundo de la música. tambien el de la divulgación en general, posibilitando a cada cual, un medio de comunicar al mundo lo que le venga en gana.

 Ahora todos podemos ser periodistas, tutores sobre cualquier materia o disciplina, disc jokeys, comentaristas y cronistas políticos, locutores deportivos... Intrusismo que para la mayoría es una bendición, así como un medio de igualarnos, en tanto en cuanto, todos tenemos las mismas posibilidades: apenas si basta con tener acceso a la red.

 Y con las nuevas posibilidades han llegado nuevos ricos, personas que acumulan un patrimonio impresionante, sin saber muy bien qué hacen o qué aportan. Pertrechados con un simple micrófono, en un estudio casero que suele ocupar el espacio de una habitación de estudiante,  chicos y chicas de corta edad, sin experiencia previa en estas lides de la comunicación, hablan sobre cualquier cosa, sin mostrar especiales habilidades o tener demasiada gracia, y de repente se ven seguidos por cientos de miles de personas, que son un cebo jugoso que invita a patrocinadores a soltar dinero, siempre con la caña puesta para conseguir beneficios.

 Cómo forrarse sin salir de casa, sin ser extraordinario, sin hacer nada que aporte nada diferente. Sin tener especiales dotes de comunicación. Nunca antes ha tenido tanto valor lo corriente. El mundo está cambiando y con él, las formas de ganarse la vida y de hacerse de notar, sin nada de particular.

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