Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




lunes, 11 de enero de 2021

De Santiago a Filomena

 En acto de servicio, caminando por las calles heladas después del temporal del siglo. Tras casi una mayoría de edad de estar en casa. Tus últimos pasos han terminado por desgajar tus suelas y degastar la goma de tus tacos. Pecatta minuta comparada con esos pedregales que transitaste por alguno de los cuatro caminos de Santiago en los que me acompañaste, protegiendo mis plantas de los pies y mis tobillos, después de unos cuantos cientos de kilometros de caminatas, y muchas horas de reflexión y pensamientos.

 Lejos queda esa tarde de dos mil tres en que te adquirí en un Decathlon, siendo la parte esencial de un primer camino, al que iban a acompañarme unos cuantos y sólo tú viniste conmigo. Aún recuerdo las muchas tardes de paseos previos para hacerte la horma, antes de subirnos juntos al Alsa que nos llevaría a Ribadesella a empezar nuestra primera aventura peregrina.

 Quedarán todavía conmigo velando tu recuerdo el saco de dormir, aunque tiene la cremallera estropeada, la mochila de sesenta litros, la esterilla, y el gorro dominguero de pescador, que a fuerza de llenarlo de pins de sitios por donde hemos ido pasando, se ha convertido en una antigualla de museo, que ya nunca más saldrá de casa.

 Con Santiago viviste tu apogeo, y con Filomena tu declinar. Duerme el sueño de los justos y gracias por darme tanto soporte durante tan largo trayecto. Gracias.

 

 





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