Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




miércoles, 6 de enero de 2021

Efectos inversos

 Cuenta una de las principales cabeceras del país en portada y en su edición digital, a través de una encuesta, que crece el apoyo popular a la monarquía, distanciando en más de veinte puntos a los que se declaran partidarios de una república. Y todo ello con el aún candente, (y lo que le queda), caso del rey emérito, cuya estancia en tierras de oriente medio promete ser bastante larga.

 Cabe preguntarse a quien debe el monarca agredecer los cambios de tendencia, visto que no pueden achacarse los mismos a su buen hacer, excesivamente encorsetado y con una agenda de actividades en los que, por razones más que evidentes, brillan por su ausencia los actos en los que el rey se muestra cercano a sus súbditos.  

 La respuesta hay que encontrarla en sus enemigos, antes que en sus acólitos. La inquina con que algunos partidos y en particular, algunos dirigentes de los mismos, están agitando este tema, con intereses poco dotados de altura de miras, pues no en vano la forma de Estado y la jefatura de la misma, deben estar más allá de intereses y disputas partidistas, pues son y pertenecen a todos, están terminando por lastrar las aspiraciones de unos aspirantes a conspiradores que lejos de decapitar al Borbón, están alimentando una ola de indiferencia en la mayoría de los casos y hasta de simpatía sobrevenida por momentos, que solo alejan y no acercan la caída de la monarquía en España.

 Ya lo reflejamos en alguna otra entrada de este blog así como en otros medios y a todos aquellos que nos preguntan sobre el tema; el cambio de la jefatura de estado no puede estar sujeto a las idas y venidas del momento, ni puede estar condicionado por la actitud poco o nada responsable del anterior rey. Y es que someter a juicio a una persona no puede confundirse con condenar a la institución que no es culpable del uso que de ella se haga.

 España será una república algún día. Sinceramente creo que así sucederá. Pero ese cambio será fruto de un proceso más sosegado que el que alimentan algunos advenedizos de la política, de verbo fluido y populismo a mansalva. Que sigan por donde van, probablemente terminarán por ser los mejores aliados de un Felipe VI al que lejos de acorralar, están dando aire.

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