domingo, 22 de junio de 2025

El mundo que nos viene

 Para quienes pensaban que Trump lograría terminar con los principales conflictos a nivel mundial, levantarse esta mañana y ver las noticias puede que haya supuesto un mazazo.

 Con sus ya característicos vaivenes, en los que promete una cosa para luego desdecirse de ella, el presidente de EE.UU. ha anunciado, con toda su guardia pretoria a la espalda, en un breve pero claro comunicado, la aniquilación de las tres principales infraestructuras nucleares de Irán

 Tan sólo ha necesitado seis meses para cambiar el mundo, para hacer que su país entre en una guerra que la lógica dice que tiene de cara para ganarla, pero con la incertidumbre de no saber con qué bazas juega el régimen de los Ayatolás para hacer daño, mucho daño.  

 Ucrania no está en paz, dista mucho de llegar a algún acuerdo con sus vecinos rusos, que no aceptarán armisticio que les obligue a devolver ni un sólo palmo de territorio conquistado. Después del numerito de humillar a su presidente frente a las cámaras, acusando a Zelenski de estar jugando a provocar la III Guerra Mundial, es el propio Trump el que la promueve, en Oriente y ante el estado más inestable y menos previsible, con la ayuda de los fanáticos sionistas que empujan a un Netanyahu, al que desde el principio le importó un bledo el destino de los rehenes y sus familias. Puestos a pensar, quién sabe si el ataque de Hamás, no fue deliberadamente tolerado con una permisividad que asombra en el país más obesionado con la seguridad del mundo. Nada como cargarse de excusas y razones para trazar la hoja de ruta de un plan que sólo necesitaba del inquilino adecuado en la Casa Blanca para ser ejecutado. Gaza es historia.

 La entente USA-Israel ha puesto sobre la mesa sus cartas, a todas luces vencedoras, sin que nadie en el concierto internacional de potencias le tosa o le haga sombra; con Rusia neutralizada y agradecida por la no hostilidad de sus antiguos enemigos irreconciables en el conflicto local, Europa anestesiada con los chantajes en materia de defensa, (¿Cuando se desmantelará la OTAN de una vez y se terminará con este paripé?) y China con su ya conocida postura medida de indiferencia y silencio relativos, sabedora de que ninguno de sus polos de influencia están siendo tocados por el gigante americano, especialmente África que está comprando a golpe de talonario sin sonrojo alguno.

 Este es el mundo que nos viene, en donde el sistema de equilibrios y áreas de influencia se está reconfigurando;  De todos los manuales que se emplean en las escuelas para enseñar a los niños, es el de geografía e historia el que más actualizaciones necesita. El mundo está cambiando y lo está haciendo como siempre, al son que marcan los tambores de guerra, con sangre y fuego.

 

  

sábado, 21 de junio de 2025

De paso

 Es una vivienda de paso. Sensación que comparto con mis ocheinta y tres vecinos. Algunos de hecho han volado ya, desde que en diciembre de 2022 asistiéramos a la ceremonia de entrega de llaves. De algún modo todos hemos hecho un punto y aparte, en esta urbanización a las afueras.  

 Qué historia arrastrará cada cual con punto final en está zona que llaman del Airón, en el barrio del hospital. Ensanche de una ciudad dormitorio destinada a recibir más madrileños en su diáspora.

 El baño en la piscina, ya abierta para combatir el rigor de un verano anticipado en dos semanas, sirve para poner caras a aquellos con quienes convivo, para disfrutar de la algarabía de los críos,(afortunadamente hay muchos) y para escuchar conversaciones ajenas sin querer, apenas separados por un puñado de metros en remojo.  

 Me pongo al lado de dos adultos, relajados con la espalda apoyada contra la pared de un lateral de la piscina, que departen amistosamente. En uno de ellos ya había reparado, por su look de cabeza rapada. Las sensaciones que transmitía por su aspecto de matón a sueldo se confirman con sus palabras; llegado a la urbanización después de separarse de su primera mujer, a la que no puede acercarse porque tiene una orden de alejamiento. Sorprende escucharle, con qué naturalidad lo cuenta, sin hacer por bajar la voz por temor a ser escuchado, con un tema tan sensible.

 Me alejo porque no quiero seguir escuchando. Oídos que no oyen tampoco juzgan porque desconocen, quiero seguir con mi visión neutra y anodina, quiero seguir desconociendo la vida y milagros de cuantos inquilinos me acompañan en esta estadía, que ya cubre dos años y medio. Quien sabe cuántos más faltarán por llegar.

viernes, 20 de junio de 2025

Rojos de salón

 La izquierda no roba,  corruptos cutres versus corruptos premium. Ese es el nivel de  disertación y de ideas. Mensaje tan burdo como simple. Las manzanas podridas no entienden de ideologías.
 
 Ese tufillo de superioridad moral, que roza el dogmatismo y adoctrinamiento. En qué momento la progresía de este país adoptó actitudes que antes siempre ejercían los miembros de la bancada opuesta.  
 
 Mensajes que son peligrosos, que encienden y frustran a la gente. Unos lo compran y lo repiten como un mantra; otros lo repudian y se tiran al barro como reacción. Cada vez son más y son más jóvenes. 
 
 Preocupación por el incremento de apoyos de la extrema derecha, pero, ¿Hay alguien que se preocupe en entender por qué eso sucede así?  
 
 Esta es la izquierda que nos toca ahora, poseedora de la verdad absoluta, que se mueve en las altas esferas de la moralidad, que reparte carnés de sabiduría y marca el camino con lo que hay que hacer y lo que no. Cada vez más lejos de las calles, ahora que es más cómodo bucear y repartir proclamas desde internet. Echo de menos a esa izquierda de antes, que se preocupaba por la gente y sus condiciones de trabajo, que salía a las calles a protestar. Los nuevos rojos son rojos de salón, más dados al postureo que a la profundidad de argumentos y a la acción real y tangible. 
 
 El día que entiendan su parte de culpa en lo que está pasando a nivel demoscópico, se reconducirá la situación. Mientras veremos cual ha de ser el peaje a pagar, muy alto, ante los nuevos liberales, poco amigos de libertades y derechos.
 
 
  
 
  

jueves, 19 de junio de 2025

Sueño bifásico

 Seguramente no será casualidad que hoy quiera hablar del sueño, después de la pasada noche tropical, con temperaturas rondando los treinta grados más alla de las doce de la noche. En esas condiciones las posibilidades de poder descansar son remotas.

 Y eso que ahora contamos con elementos que permiten aliviar la temperatura y sus incomodidades, aunque tenga sus riesgos dormir con un chorro de aire frío golpeándote directamente. 

 En otros tiempos cómo hacían para paliar estas subidas del mercurio en los termómetros; desde luego el estudio y la comparativa del sueño y sus hábitos tiene su encanto.

 El otro día en un podcast hablaban de cómo habían cambiado los estilos de sueño, el número de horas dedicadas al mismo y el periodo concreto destinado al descanso; de hecho el patrón habitual cambió con la llegada de la  revolución industrial y especialmente con la iluminación artificial.

 De hecho el sueño entendido como pauta única y seguida a la que dedicar al menos ocho horas, es una práctica reciente. En otros tiempos el sueño se dividía en dos fases: una primera, con la caida de la luz natural y la llegada de la noche, que mandaba a la gente a la cama para dormir unas horas, después de las cuales despertaban para hacer cosas de todo tipo, antes de volver al catre y continuar con el descanso, ahora sí, hasta que despuntase el alba.

 Era un sueño por tanto bifásico; dormir para después cenar, hacer tareas domésticas o tener relaciones sexuales antes de volver al descanso. Algo que a día de hoy resulta casi impensable y que poca gente consideraría saludable.

 Me atrevería a decir que en noches como la pasada, practicamos el sueño bifásico, o tal vez trifásico, forzados por los diferentes momentos de vigilia forzada.    

 El concepto noctámbulo parece poco perfilado en según qué épocas, aunque es obvio que siempre hubo gente que necesitó pocas horas de sueño para descansar, como tambíen han existido amigos de lo ajeno que han empleado las sombras de la noche para realizar sus fechorías; pero eso da para otras reflexiones colaterales al asunto que nos trae hoy aquí que, sin duda, da mucho juego.

  

miércoles, 18 de junio de 2025

Cuando termine la guerra

 Hacer reseñas de textos teatrales siempre es un placer, si encima la crítica  es para un texto escrito por una compañera de trabajo y amiga, eso lo convierte en algo muy especial.

 Alicia Gonzalez Peñalver, firma la segunda entrega de una trilogía dedicada a la Guerra Civil Española, titulada Cuando termine la Guerra, cuya publicación ha corrido a cargo de la Editorial Éride. Tras la publicación con notable éxito de crítica de la primera entrega, Sal Negra, llevada a los escenarios con un montaje bajo la dirección de Natalia Hernández, sale ahora publicada esta segunda parte dedicada a la memoria de la escritora Carmen Conde, natural de Cartagena como la propia Alicia,cuyo nombre ha pasado a la historia por ser la primera académica de número en el año 1979 de la Real Academia Española de la Lengua. 

 Ambientada a comienzos de los años noventa, el telón se levanta con la figura de la propia escritora, aquejada de alzheimer, que vive recluida en su casa, rodeada de cartas, libros y recuerdos, antes de que el inevitable traslado a una residencia termine por romper el vínculo de la creadora y su monumental creción escrita, en forma de poemas, ensayos y cartas,  enviada por deseo expreso de la autora a un museo dedicado a su obra y memoria en su ciudad natal.

 Con un ágil ejercicio de traslado en el tiempo, hacia adelante y atrás, el texto nos pone en antecedentes y nos presenta la crudeza de la situación vivida tanto por Conde como otros intelectuales, acusados de complicidad con el Gobierno de la República, del que deben renegar para salvar la cárcel, como única vía antes de ser carne de destierro. Un repaso breve pero intenso de infinidad de momentos y experiencias de vida, marcadas por los excesivos corsés morales, casi tan retrógados como la asfixiante situación política resultante tras acabar el conflicto bélico.

 Sensible, tierna, revindicativa y profundamente femenina, Cuando termine la guerra es un ejercicio de lectura intenso y enriquecedor. Enhorabuena, Alicia.

 


martes, 17 de junio de 2025

Débil

 Es una señal de debilidad, la de sentirse perseguido,la de ver enemigos por todas partes,la de verse acosado. 

 Como decía mi abuela, a perro flaco, todo son pulgas. 

 Débil en origen, mero superviviente, gracias a las sumas de intereses, que hacen que todo un arco parlamentario se haya unido encontra del opositor, que pese a ganar se quedó con la miel en los labios.

 Por cuatro votos.

 Legislatura de pesadilla. De comienzo a fin. Lo peor es precisamente eso último, que no tenemos ni la menor idea de cuanto tiempo más durará.

 Habrá que replantearse el sistema de separación de poderes. A los tres clásicos, ejecutivo, legislativo y judicial, más el cuarto poder oficioso, el mediático, más potente que nunca gracias a las redes, hay que contar con un quinto: La Guardia Civil. Sus investigaciones tienen convulsionado a todo el sistema y a sus contribuyentes que son los que lo pagan y sustentan.

  Cada día una historia nueva. Cada día más desasosigo y más vergüenza.Insufrible.

  

lunes, 16 de junio de 2025

Cocinas

 Es una estimación de la que viene hablándose desde hace cierto tiempo. Las cocinas, como lugar donde preparar alimentos, espacio separado y definido de la casa, van a desaparecer.

 Hay quien se atreve y le pone fecha, en torno al año 2050.El responsable de esa afirmación no es otro que el dueño del grupo empresarial español Mercadona, Juan Roig. 

  El crecimiento de la comida ya preparada, no sólo la envasada, es un hecho incuestionable. Fruto de las necesidades de un ritmo de vida, que está conviertiendo el tiempo que se pasa en casa en casi una anécdota. Nuevos productos que ofertar en los tiempos que corren, aquellos que van a parar difectamente al estómago.

 Igual que nadie ya cose, que si se rompe un calcetín, no pierde el tiempo cosiéndolo, como sí se hacía antes, con ese costurero que a modo de joya se guardaba con esmero en todos los hogares y ese peculiar huevo que se usaba de fondo y patrón para arreglar un descosido o tomate.

 Quién sabe, igual con el tiempo, el espacio destinado a fogones, hornos y microondas sea destinado a otra utilidad o a simple espacio de almacenaje, sabiendo que la función básica de preparar alimentos para ingerirlos, lo tendremos garantizado a modo de servicio, uno más. El siempre admirado arte culinario puede convertirse en una actividad de ocio, de fin de semana.

 Suena un poco a ciencia ficción, pero algo de realidad hay sin duda detrás de estas proyecciones, que sirven para anticipar un modelo de vida que seguirá de algún modo apostando por la anulación de las actividades manuales, con todas las consecuencias que ello conlleva. 

  

domingo, 15 de junio de 2025

Tiempo

 Las doce y media, anda que no quedan horas por delante.

 Dice mi padre, mientras adereza con un poco de vino tinto el guiso de carne que ha puesto al fuego. Clásico plato de domingo, plato de familia que convierte en excepcional la ingesta del último día de la semana, a modo de premio, antes de dar la vuelta al calcetín y comenzar la nueva semana.

 El sabor de los pequeños detalles, que la vida corriente han mandado a alacena de los recuerdos. Un martes nunca era igual a un domingo.

Las doce y treinta y siete minutos. El reloj sigue su curso. Lo que es lento para mi padre es veloz para mi. Las horas pasan alocadas y los días, camino de cubrir el tercero, de una estancia que se presumía corta, pero que vuela a ojos vista.

 Siempre me ha fascinado la diferente manera que tenemos las personas de percibir las cosas. Especialmente en lo relativo al tiempo. Sus ojos de jubilado ven el transcurso de las horas de un modo tan distinto que parece que no estuvieramos hablando de la misma cosa. Tiempo de persona con los deberes hechos, que afronta sus años de merecido descanso después de pasarse casi cincuenta años trabajando como una mula. Desde esa perspectiva los días se muestran parejos, los horarios se anulan y el devenir de los segundos en el reloj es tan monótono como las tardes de canícula soporíferas y sofocantes. 

 La relatividad de las cosas y la diferencia según el prisma con que se miran. La vida es un barco que está en marcha, en el que todo vamos subidos, pero en el que la velocidad con la que se mueve se percibe de un modo diferente. Ley de vida. 

sábado, 14 de junio de 2025

ALF

 Tengo una foto hecha con ALF.

 El otro día me llegó a mi smartphone, a través del grupo de corredores del que formo parte, los jueves por la tarde

Una de las muchas fotos que nos hicieron en la fiesta del décimo aniversario del club. 

 Apareció en medio de la sala de fiestas; pronto me fui a buscarlo, lo agarré por un brazo y le pedí que posase con nosotros, a lo que accedio de inmediato.

 Inmortalizados para la posteridad, como los recuerdos de su serie, fenómeno televisivo de mediados de los años ochenta que hoy sigue causando furor entre nostálgicos y amantes de lo vetusto en formato imagen animada. 

  Un simple muñeco, simulando ser  un alien life form,  que se ganó el cariño de toda una generación y la curiosidad de otras tantas venideras.

Penumbra

 En penumbra escribo. La persiana está bajada casi hasta el fondo, apenas deja pasar una brizna de luz que es la que me permite ver los objetos que me rodean,las mesas, las sillas, el mueble de la televisión, mis propias piernas apoyadas sobre la mesa de centro.

 En penumbra y en silencio. Sólo llegan rumores de la calle, el ruido de motor de vehículos que imagino que pasan por la calle principal. Los ladridos de un perro vecino  o hay voces humanas que acompañen al ruido de las teclas de mi ordenador, que es lo más próximo que escucho. 

 Me gusta ejercitarme en escuchar ruidos de fondo, esos que normalmente pasan inadvertidos por estar en un segundo plano. 

 Rumores de cerca y de lejos. Qué gozo es poder separarlos y degustarlos, tacita a tacita.  

 Penumbra que es relajación, momento de tranquilidad y de recuperación. Pulsaciones que bajan y aminoran el ritmo. Para continuar, antes hay que parar.  

jueves, 12 de junio de 2025

Transeúntes

 5:50 de la mañana. Salgo acompañado de un vecino con el que he coincido en el ascensor. Otro al que no he visto en mi vida y eso que llevo más de dos años residiendo en la urbanización. Va muy cargado y le ayudo a franquear las puertas, caminando por delante de él. Al pasar por la última, la de la calle, él se dirige hacia un coche y yo comienzo mi caminata hasta la estación de tren.

 Ya en la glorieta, vuelvo a ver un trailer estacionando a la entrada del Mercadona, con género para reponer cámaras y estanterías; con maña y profesionalidad el conductor lo ubica con precisión, con la ayuda de una persona que a pie de calle le da algunas indicaciones.

 Paso delante de una de las paradas del bus de Madrid, siempre repleta de gente a la espera; todos con indumentaria de verano pese al fresco que la mañana trae tras la lluvia de las tormentas de viento y granizo. 

 Es un poco más abajo, en la calle de las tiendas, cuando me cruzo con dos runners que deben rondar los sesenta años. Uno de ellos lleva una linterna sobre el pecho que proyecta un halo de luz constante. Aunque corren por zona bien iluminada, toman precaciones para advertir a quienes a esas horas se desplazan con algún medio de locomoción. Hacen bien, a oscuras todos los gatos son pardos.

 Poco más le queda a mi trayecto antes de comenzar a ver la terminal de autobuses que hay en la glorieta de acceso a la estación del cercanías. Ruído de motores de colectivos que parten raudos desde la cabecera para ir a recoger otros tantos madrugadores, que desde bien temprano pueblan las calles en busca de su destino. Transeúntes de la mañana, por obligación o devoción, poniendo las calles a un nuevo día, como vulgarmente se dice.  

miércoles, 11 de junio de 2025

Cincuenta euros

 Alguien comentaba el otro día en el club de running que una de las primeras veces que salió por Madrid, le llevaron a cenar a un sitio por el centro y que el importe de la cena era por un importe de cincuenta euros por cabeza.

 - Madre mía, cuanto vi la cuenta me dije, si este es mi presupuesto para comer un mes, dijo entre risas y exagerando. 

 El valor relativo del dinero, magnifica el precio de una comida para un bolsillo magro en recursos y lo minimiza para quien lo gana bien. Dos maneras de ver lo mismo, marcados por el caudal de ingresos.

 Vida en que las cosas no son de una manera especifica, si no que dependen del prisma desde el que se miran. Una cuesta puede ser hacia arriba o hacia abajo, todo depende de quien la observe, de como sea esta persona y muy especialmente de sus circunstancias, como decía Ortega y Gasset.

  

martes, 10 de junio de 2025

Valoraciones

 ¿Cuánto vales? ¿Se determina en función de lo que tienes o de lo que eres?

 Vales si aportas, si ayudas, si allanas caminos, si facilitas la vida a otros. Es la vara de medir más auténtica. Valor determinado en función de la generosidad.

 Lenski o Dugatkin. Teoría de la estratificación social, ¿Qué determina el poder y el privilegio, qué define el altruismo? 

 Contrasentidos. El que más da, lo hace pensando en sí mismo y menos en los otros. Es una forma sofisticada de egoismo, con partidas y ventajas. Detrás de la dación, hay una exaltación del yo y de lo que representa, simbólicamente. Una forma de alzarse sobre lo demás, de estar por encima de un rasero de medir, a menudo constante y por ello monótono y para muchos frustrante.

  Nótese que la pregunta formulada da para intepretaciones variopintas que llevan al extremo opuesto, que alzan el valor a una categoría alejada del dar y que andan sujetas al contexto y al momento. Por ejemplo con el trabajo. Antes no era meritorio trabajar como una mula, era cosa de pobres y descastados. El privilegio del non far niente, ahora está mal visto, es cosa de crápulas y obscenos. Se presume de no tener tiempo libre, (sic).

 Ahora vales si produces, si cagas pasta, si tienes símbolos externos que denoten poderío y solera. La imagen, siempre la imagen. Superficie antes que fondo.

 Nada como elucubrar en días nublados, con rayos de tomenta que sólo iluminan a ratos y no evitan los desvaríos. 

  

lunes, 9 de junio de 2025

Sin alma

 Nuevo intento de magnicidio en América Latina; otro candidato presidencial es disparado en un acto público, en presencia de decenas de persona, ajenas al crimen pero que sirvieron de pantalla de camuflaje para que el asesino, ejecutase y luego huyera.

 Miguel Uribe, senador colombiano candidato del Partido Centro Democrático, es la víctima.  Hasta ocho disparos han impactando en su cuerpo, siendo las heridas más graves las que han afectado a su cuello y cabeza; en estado crítico, se debate entre la vida y la muerte.

 Al poco de producirse el atentado, se tuvo conocimiento de la detención de uno de los sospechosos, del que se presupone que no actuó sólo. Su imagen ha dado ya la vuelta al mundo. Captado por una cámara de circuito cerrado, donde se le ve claramente portando un arma en la mano, mientras cojeaba por acabar también herido.

 El sospechoso es un menor de catorce años. Apenas han trascendido datos de su identidad, origen o inductores; tan sólo se ha sabido la motivación de sus actos:

 Lo hizo por plata. Por dinero.

 Si el acontecimiento pone la carne de gallina, por la crudeza de las imágenes, por la magnitud de lo sucedido, por las cuestiones que hay detrás y que ponen de nuevo en el disparadero las frágiles estructuras sobre las que se ubican buena parte de las democracias de América del Sur, la identidad del magnicida deja el alma helada.

 Si antes teníamos la figura del niño soldado en conflictos latentes en África, ahora conocemos la figura del niño sicario, pistolero a sueldo manipulado por intereses tan ocultos como miserables. La mezquidad y miseria no conoce nunca límites. 

 Día muy difícil el de ayer para los colombianos y para los que tenemos vínculos de sangre y afecto con ese país. Que se esclarezcan los hechos, aunque cuestiones de este nivel siempre cuentan con un nivel de planificación tan sofisticado que hace casi imposible llegar a la última pieza del puzzle, aunque se intuya y barrunte.  

Fundamentalistas

 Ayer al terminar mi carrera por las calles de Madrid, cuando regresaba para retirarme, me crucé con numerosas personas que iban ataviadas con banderas de España.

 Lejos de tratar de hacer un perfil sociológico, de los abanderados, todos en camino para dirigirse a la manifestación que el principal partido de la oposición había convocado para pedir la dimisión del Presidente el Gobierno, si que me gustaría destacar aquí un elemento que me llamó poderosamente la atención.

 En muchas de las banderas que vi, en el centro, sustituyendo al tradicional escudo constitucional,  podía observarse una cruz y una corona, en lo que es una alusión a cuestiones religiosas.

 Imposible no cuestionarse esta simbología, ¿Acaso viene a cuento, mezclar elementos espirituales con asuntos tan mundanos como son los políticos?  

 Vaya por delante mis respeto a todas las sensibilidades, opiniones, pareceres y creencias, pero portar banderas de este tipo o rezar un rosario delante de la sede del partido que sustenta al gobierno, para pedirle a Dios que lo derroque,  está lejos de cualquier argumento lógico.

  Cabría hablar de católicos febriles, que en algunos casos muestran actitudes acendradas que rayan los límites de lo pacífico, mostrando muñecos colgados de un patíbulo. Niveles de exaltanción que llevan a la intolerancia, a la no aceptación de lo que hay por muy poco que guste. Suerte de fundamentalismo que siempre anda sujeto a la religión y a sus peculiares interpretaciones.  En según qué temas el camino de la evolución es un comportamiento estanco.

 

Garrulos

 Ayer fue día de emociones fuertes. Para un país como este al que tanto mueve el deporte, habitualmente mezclado con connotaciones políticas, el domingo 8 de junio prometía grandes alegrías.

 Volver a ver a un español ganando al tenis en París.

 Celebrar otro triunfo de la selección de fútbol en Alemania, aunque sea en un torneo menor.  

 Al final fue una de cal y otra de arena. Cuando parecía perdido del todo, Alcaraz se sacó de una chistera una remontada imposible, terminando por doblegar al todopoderoso Sinner en Roland Garros

 En cambio, el que todos daban por ganado, terminó con una derrota ante la siempre meritoria Portugal, en la tanda de penalties. Plagada de jugadores brillantes, que siempre permanencen a la sombra del interminable Cristiano Ronaldo

 Hasta aquí todo normal si no fuera porque los periodistas de este país, especialmente los radiofónicos, parecen haber olvidado su labor de comunicadores antes que forofos apasionados. Intolerables los comentarios que se dedicaban al tenista italiano ( llamado peyorativamente zanahorio), jaleando indecorosamente a grito pelado cada golpe que fallaba, o mofándose de los rivales portugueses, a los que han menospreciado como inferiores, dando por sentado que iban a marcarles siete goles. 

 Esta especie de periodismo de nuevo cuño que se ha instaurado en radios y televisiones, que reproduce en directo conversaciones propias de bar, tiene ahora un predicamento notorio. Una pena. No deberían olvidar quienes se dedican al oficio comunicador que su deber es, además de ser rigurosos con lo que observan y narran, respetuosos con los deportistas y pulcros con el fondo y especialmente con las formas. Solo así el periodista se convierte en un referente a quien imitar por su cuidado de la palabra y el mensaje y no en un garrulo tabernario que menoscaba y desprecia un oficio tan básico como necesario.

viernes, 6 de junio de 2025

¡Haber estudiado!

 Desde la ventana de mi dormitorio, donde tengo habilitada una pequeña mesa de trabajo, observo por la ventana, mientras degusto un café recien hecho y enciendo mi ordenador, cómo dos operarios se cuelgan con cuerdas y arneses por la fachada de uno de los edicios que tengo enfrente, al otro lado de la calle donde resido.   

 Parece que están sellando juntas de ladrillos, con una especie de pincel deslizan un líquido biscoso que brilla cuando le da el sol. 

 Con acierto, además de cumplir los protocolos de seguridad, han escogido la primera hora de la mañana para realizar sus trabajos; la canícula a partir de las once de la mañana no perdona.

 No puedo dejar de mirar lo que hacen. Pendidos de unas cuerdas a más de diez metros del suelo, realizan un trabajo de una peligrosidad manifiesta mientras yo sigo sentado cómodamente en mi silla. Desde luego qué diferencias hay a veces entre el desempeño que hacemos unos y otros.

 Si mi abuela estuviera aquí me afearía mis pensamientos y me diría aquello de, ¿Pues si no le gusta o le parece peligroso, haber estudiado! ¡Qué buena excusa para acordarme de ella! como tantas otras veces, cuando apenas hace unos días que se han cumplido cuarenta años de su muerte.

 Mi respeto, aprecio y admiración para tantos y tantos trabajos como éste que refiero hoy aquí, ingratos, incómodos e incluso insalubres y peligrosos, que alguien debe hacer y que no siempre están reconocidos y menos aún pagados,  como es debido. Tareas que hacen que la vida cotidiana sea como es y tenga sus comodidades. No deberíamos olvidarlo.

jueves, 5 de junio de 2025

Machu Picchu

  Es ya una historia conocida, aunque no se haya divulgado lo suficientemente entre el gran público. Machu Picchu, el poblado Inca construido en el siglo XV, en el Valle Sagrado de los Incas, hoy ubicado en el departamento peruano de Cusco, no fue descubierto por el explorador estadounidense Hiram Bingham en 1911, tal y como reza en los libros de historia.  

 Tal y como demuestran vestigios de pintadas halladas en la zona, otros lo hicieron antes que él; un agricultor local Agustín Lizárraga, ya encontró la zona al menos nueve años antes.  

 El mito romántico del explorador occidental que se adentra en una zona inhóspita y boscosa, que encuentra toda una estructura urbana construída que permanecía oculta bajo la selva, en la Cordillera de los Andes, a más de dos mil cuatro cientos metros sobre el nivel del mar, es uno de los últimos grandes baluartes de la exploración que tantas imaginaciones ha alimentado a lo largo de la historia.

 El explorador regresó a su país, se granjeó la correspondiente fama, hizo carrera política y llegó a tener cargos de relevancia como el de Gobernador de Connecticut. Su nombre brilla en los libros de historia; en cambio el de Lizárraga se pierde en las orillas del Río Vilcanota, donde se cree que pereció ahogado, ya que su cuerpo no se encontró nunca, en 1912. Muerto en vida y para la historia. Otro caso de usurpación que no parece que nadie se plantee restituir.

 Como siempre se ha dicho, la historia la escriben los vencedores y los poderosos, aquellos que mueven los recursos adecuados para grabar sus nombres con letras de oro, aunque lo que escriban no sea necesariamente la verdad. 

  

miércoles, 4 de junio de 2025

Sintomatología

  Siempre hay que estar alerta de las señales.

 De los síntomas, dicen los médicos para determinar el posible alcance de una dolencia. Nada como anticiparse para conseguir detener los riesgos.

  Más vale prevenir que curar. 

 Algo que es común y corriente, tanto que consigue camuflarse y pasar desapercibido. A veces el peligro está disfrazado de lo cotidiano y simple. No por ser obvio es algo que se vea.

 Pasamos la vida buscando entre lo menos obvio y lo más recóndito, quizá porque asignamos valor y riqueza a lo que permanece oculto a nuestros ojos, a lo complicado. Tal vez sea un error. Una mirada que no distingue de distancias y se diversifica, es una mirada corta e incompleta. 

 Deberían enseñarnos a mirar, con limpieza, sin prejuicios y distorsiones. Ver como una ciencia de vida, en donde las explicaciones más valiosas sean las más sencillas.

  

 

martes, 3 de junio de 2025

Asesinato de una emparedada

  Toca retomar la agenda lectora comn una nueva reseña referida en esta ocasión a una novela histórica que firma Alberto Navalón Mateos, con quien curiosamente comparto procedencia, asientencia al mismo colegio en la infancia y hermanos que son amigos íntimos. 

 Profesor y fotógrafo, pronto descubrió que su vena artística también requería de plasmar inquietudes sobre el papel, desarrollando para ello historias con fondo histórico, concienzudamente documentadas, que cuentan hechos verídicos localizados en diferentes escenarios de la geografía hispana.

 Uno de esos, textos, ambientado en Astorga ( León), con la referencia pernenne del Camino de Santiago,  cuenta la historia de una emparedada que es encontrada muerta en su cubículo, pese a estar completamente aislada del mundo exterior.

 Asesinato de una emparedada, (Taus Editores), es una novela de argumentos, con poso histórico, que cuenta una práctica poco conocida y que era posible encontrar en la España del siglo XVI: la de la reclusión de personas, normalmente mujeres, como castigo o por elección propia, de entrega a una vida de sacrificios y oración, como enterrada en vida entre cuatro paredes, sin condiciones higiénicas básicas y con el único sustento de la limosna que podía recibir a través de un ventanuco mínimo, que apenas dejase pasar los rayos del sol.

 Historia escalofriante que retrotrae a otros tiempos, cuando la iglesia marcaba el paso en país acendrádamente católico que contaba entre sus motivos de orgullo, la exibición de reliquias, santos, o devotos entregados en vida a la voluntad de Dios, con la intención de convertir sus existencias en un ejemplo. Una lectura sin duda interesante, que permitirá al lector conocer hábitos y creencias afortunadamente amortizados y muy pasados. 

 


 

lunes, 2 de junio de 2025

Ser feliz

¿Qué es la felicidad?

 Una meta a alcanzar para cualquiera que se precie. Una vida con dicha es una vida plena.

¿ Cuáles son los caminos para alcanzarla, hay diferentes tipos de felicidad? 

 Para filósofos como el nuevo Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, el coreano Byung-Chul Han, es una imposición, más que un deseo, fruto de los retos que promueven las nuevas sociedades tecnológicas.

 ¿Qué nos llena y conmueve, qué necesitamos, con qué nos conformamos, de cuántas cosas podemos desprendernos. Qué identificamos con la realización y que nos lleva a alegrarnos,a sentirnos bien. Eso afecta a nuestras relaciones afectivas?

 Vivir en permanente estado de aporía antes que de duda, ese es el alma del filósofo. Sin ese peso, la vida está vacía y carece de sentido. En el caso de los pensadores, para ser felices, necesitan cuestionarse las cosas, buscar el lado intrincado del mundo y sus proyecciones. Somos lo que marcan y dictan nuestras contradicciones.

 El resto de los mortales ven como la cosa se mueve por unos derroteros condicionados, como ha ocurrido en todas las épocas y es que para ser feliz en esta vida actual hay que hacer cosas que otras generaciones ni siquiera se planteaban.

 Para muchos filósofos, la felicidad es ahora una imposición, no una búsqueda individual, legítima e íntima.  Es un producto a consumir, con un formato estandarizado, sujeto a comportamientos establecidos, cruzado por intereses espúreos a lo humano. Es algo cada vez más complejo y sofisticado, alejado de lo sencillo; algo de usar y tirar, no natural e institivo que se deduce de lo más profundo que nace de nosotros y que se proyecta hacia afuera.

 Nos llevan a una felicidad de consumo, de estantería de supermercado. Una felicidad que ahora no se persigue, se compra. Una felicidad que consume las horas de tiempo libre, medidas al mílimetro, que convierten el tiempo de reposo en un espacio tan controlado como el que dedicamos al trabajo. Agendas de lunes a domingo, que conducen a comienzos de semana caracterizados por el agotamiento. El fin de semana cada vez está más alejado del descanso y la desconexión.

 Vidas programadas, vidas donde está mal visto el fracaso y ser infeliz es el más destacado de todos ellos. Para ello hay que llenar el tiempo libre de cosas por hacer, de cosas que enseñar y mostrar a los demás, porque no hay realización ahora con lo que se hace; de nada sirve si no se muestra, si los otros no lo ven, si no se cuelga en formato foto o video por internet. Sin likes no hay felicidad.  

 No es algo íntimo, disfrutado a título particular. La dicha es ya un fenómeno grupal que sin la aceptación del entorno es una felicidad vacía, inapreciada, que no sirve y genera frustración. 

  Lo malo es darse cuenta y salir de una espiral que como un remolino de agua te empuja a un fondo del que no parece fácil salir. Dilemas de la vida moderna.  

 


 

Senderos de vida

 Al igual que la mayoría de los niños a mi edad, yo quería ser astronauta.

 Las ganas de tener aventuras, de sentirme importante y de destacar sobre los demás, se proyectaban sobre la imagen de un traje espacial y en el asiento de una nave llena de lunes y botones.

 3, 2,1... ¡Ignición!

 Sueños de infancia que pronto quedaron en formato rescoldo y se apartaron de la realidad, conduciéndome por senderos muy distintos; como si la aproximación a la edad adulta fuera cincelando los sueños, dándoles un formato diferente.

 Otras expectativas, otras ilusiones, otro afán de consecución. 

 Así es la realidad que pocas veces se parece a la ensoñación. Pocas trayectorias de vida he conocido lineales, de personas que hayan ejercido de mayores lo que sus sueños de infancia transmitían.

 Es lo que llamo vidas vocacionales. Igual que hay gente que coge unos hábitos y entrega su vida a la oración, otros se encomiendan a su profesión y a su ejercicio. 

 Los caminos de la realización son insondables al igual que unos sueños, que pueden llevar a surcar el espacio sin dejar de tener los pies en el suelo. Nada como seguir siendo astronauta en la vida corriente, nunca hay que dejar de ser niño y seguir soñando, con ideas que den ganas de hacer cosas. Motivarse, ilusionarse, volver a ponerse en marcha. Quien se reinventa está siempre vivo.

 

El mundo que nos viene

 Para quienes pensaban que Trump lograría terminar con los principales conflictos a nivel mundial, levantarse esta mañana y ver las noticia...