Es la nueva entrega de la trilogía Gentes Vascas, en la que Fernando Aramburu vuelve a afrontar el tema de ETA, desde una perspectiva en esta ocasión, satírica y burlona.
Dos jóvenes militantes, escondidos en una granja de interior en Francia, conocen la noticia de la disolución de la banda armada sin que reciban noticias por parte de mando alguno sobre cómo proceder desde ese momento. Desconcertados e incrédulos, deciden retomar la lucha por su cuenta, creando su propio comando.
Sin formación y recursos, comienzan un camino que les lleva a malvivir de la caridad, de lo que rapiñan en supermercados o robando carteras, mientras alimentan unos sueños, que se antojan abusurdos e infantiles, de liderar la lucha en aras de la liberación del pueblo vasco.
En Hijos de la fábula, (Editorial Tusquets), vuelve a tocar el autor donostiarra el fondo de la cuestión de la problemática vasca; el caldo de cultivo sobre el que se crearon las bases para movilizar a centenares de jóvenes vascos en una guerra tan injusta como innecesaria, que les llevó a un camino sin salida.
Con sorna y humor a raudales, el lector informado no pierde en ningún momento la referencia de los hechos reales que hay detrás, pese al sentido del humor con que se refieren las andanzas de los dos protagonistas. Aramburu satiriza, nunca ridiculiza y menos se mofa, de un problema que durante tantos años ha traído al país de cabeza.
Talento e inteligencia depositados en éste último trabajo del autor de Patria, que hacen de su lectura un tiempo aprovechado para aproximarse, de una manera diferente, a un periodo duro y triste de nuestra historia más reciente.
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