Vida llena de vaguadas. En el fondo está siempre la mejor de las soluciones: mirar hacia arriba.
Vísperas de cambio. Algo que se acaba y toca anunciarlo. Plato de mal gusto que hay que ingerir.
Horas que se avecinan, de rumiante. Lo ingerido vuelve a la boca. Tras la ingesta, toca ahora masticarlo.
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