Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 5 de mayo de 2022

Onoda

 Onoda el soldado japonés de las diez mil noches de combate, el mismo que reescribió los libros de historia, alargando enl armisticio de la II Guerra Mundial en treinta años, el mismo que se convirtió en personaje de leyenda, vuelva a parecer en los medios, como suele hacer de cuando en cuando, aunque esta vez, porque pasa a convertirse en personaje del celuloide.

 Atrincherado en la selva de la isla de Lúbang, en Filipinas, durante más de treinta años, guardando posiciones y hostigando a un enemigo, que se había convertido en un fantasma sin que se diese cuenta, por simple retirada.

 Qué gran metáfora de vida es la historia increíble de este ex-combatiente. Cuántas guerras hostiles de enemigos más percibidos que otra cosa libramos a diario, cual molinos de viento. Onoda versión oriental de un Alonso Quijano con rifle en ristre en vez de lanza.

 Cuántas veces no querría uno atrincherarse de igual modo y desaparecer sin que nadie sepa de tu existencia. 

 Porque se puede vivir una vida paralela, una vida a fin de cuentas, a poco que uno se la proponga, más allá de lo que la realidad te ofrezca.

Algo de Onoda tenemos todos dentro.

 

 

 

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