Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 31 de mayo de 2022

Caras

 La primera es a la mañana cuando me miro al espejo. De claridad variable, según el estado de somnolencia en el que me encuentre. Ese reflejo es la primera percepción de mi mismo, justo al comienzo. Ese reflejo lacaniano despierta en mi conciencia de que soy y de que estoy. 

Pero, ¿Cuántas más surgen a lo largo del día?, ¿ Cuántas son conscientes y cuántas son naturales y espontáneas? Ese crisol de yoes se manifiesta cada día, en cada hora, según qué circunstacias, y tiene por espejo mi cara.

 Porque siempre soy el mismo, pero no siempre me muestro igual. Como si fuese un mutante de pié fijo, con partes móviles, pero siempre plantado en el mismo sitio.

 Película que se repite día tras día, aunque en ella ocurra de todo, menos una repetición. Somos con el río que veía pasar Heráclito, que parecía siempre el mismo, pero el agua que corría por él nunca volvía atrás, ni a ser el mismo.

 Todo fluye, incluso cuando no parece que lo haga, nada es estático, por mucho que no veamos moverse las cosas. Ni si quiera yo seré el mismo, dentro de cinco minutos, cuando termine de escribir éstas líneas. Y mi cara, esa que ahora no veo porque centro mi atención en la escritura. Seguramente relajará el rictus, dejará fluír los pliegues de mi piel, en consonancia con lo que mi mente despliegue, cuando piense y esté a otra cosa.

 Algún día haré un rastrillo de todas mis caras, infinitas, y lo pondré a la venta en el mercado de mis recuerdos. 

 



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