Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




lunes, 16 de mayo de 2022

Camino Francés. Mayo 2022. Epílogo

 Aún estamos en las primeras cuarenta y ocho horas desde que llegamos a nuestros lugares de origen. Fin de semana de retorno a cuenta gotas. Cada uno de nosotros ya rememora recuerdos desde su casa.

 Y mentamente aún seguimos caminando. El grupo de whatsapp se mantiene en ebullición, en este día laborable a ratos y extraño de resaca, tanto física como mental. Nunca el Camino deja indiferente cuando se hace  y menos cuando se concluye.

 Tiempo de recobrar el pulso, de ver fotos, de rememorar momentos, de seguir transitando por alguna de las maravillosas corredoiras o prados que nos han acompañado durante tantos momentos en estos días. 

 Anoche costó conciliar el sueño. Nada como dormir en la cama de uno, máxime después de tantos días de hacerlo en camas ajenas, en albergues multitudinarios, pensiones u hoteles, pero la excitación es mayor; no hay cansancio que funda en negro de sueño la emoción de los dias pasados vividos, y seguramente vendrán unos cuantos más así. La vuelta a la rutina será lenta y más dulce que tras cualquier otro viaje.

 Somos catorce, inquilinos de una pequeña familia que se ha ido juntando día tras día, casualidades que nos han hecho compartir el polvo del camino, ese mismo que traen las botas adosado como una lapa y que no se va por mucho tiempo que pase. Pátina de amistad,

 Teo, Eli, Pablo, Jose, Iñaki, Txema, Flavia, Mariano, Marifé, Lidia (La línea), Marc, Andrea y Lidia, ahora caminamos juntos y por separado, porque hubo un tiempo breve y muy intenso, en que compartimos muchas cosas, con muy poco. Un tiempo que es y será nuestro. Para siempre. Buen camino, chicos. 



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