En apenas un rato voy a verte. Esta vez para despedirme.
Debería sentir mucha pena, y de hecho la siento, pero no por tí, que ya estás descansado, la siento por tu familia, a la que dejas un vacío imposible de rellenar.
Yo por mi parte continuaré leyendo esas pequeñas perlas que me ibas sugiriendo, y de las que hablábamos cuando nos reuníamos. Lectora y curiosa como eras, no puedo menos que mantener ese testigo que nos dio para tanto, y para tantas charlas interesantes. Cada vez que tenga a Kant o a Spinoza en mis manos, cuando me entregue a alguna de sus lecturas, irremediablemente irá un pensamiento para tí.
Qué dificil es dejar huella, y mira tú en cambio, cuántos surcos que son sendas inmensas, dejas a los tuyos, y a los que hemos tenido la fortuna de pasar, en algún momento por tu vida.
Marcha en paz Alicia. Descansa, y disfruta de tu estrella, allí arriba donde te encuentres; a buen seguro dispondrás de una atalaya con perfectas vistas, desde la que ver todo lo que has sembrado durante tantos años de entrega, lucha, y amor sin condiciones. Este es tu premio. Te lo has ganado a pulso, tanto, que es imposible que mueras. La llama de esa energía, de esa fuerza y vitalidad que desprendías mana de los corazones de todos los tuyos, y de los muchos postizos, que también nos consideramos tu familia,
Hasta pronto.
Gracias por tus bonitas palabras, por tantos momentos compartidos y por tu generosidad.
ResponderEliminarEsta forma de escribir, desde la emoción siempre llega a su destino
ResponderEliminar