Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




viernes, 17 de diciembre de 2021

Tatuajes

 Veo un partido de fútbol femenino por la televisión. Reconozco que cada vez lo hago con más asiduidad. Es sin duda un espectáculo creciente, que genera interés en proporción igual a la calidad que demuestran sus jugadoras sobre el terreno de juego. Las ganas de ver partidos son por tanto merecidas y justificadas.

 Amen de las jugadas y la calidad técnica de las contendientes, observo en comportamiento de las chicas, así como sus hábitos, que van más alla de vestir la camiseta y el patalón de los colores que defienden.

 Cómo llevan recogido el pelo, así como alguna pulsera de goma, toda vez que es peligroso llevar abalorios durante la batalla deportiva, inevitáblemente física y de contacto... Cada cual a su estilo y albedrío; unas más discretas que otras, todas activas en aras de ganar la contienda. 

 Pero de entre todas las cuestiones de imagen o estética, quizá la que me produzca más sorpresa es la de los tatuajes, que como ocurre en los chicos, no pocas veces se caracterizan por ocupar amplios espacios, en brazos y piernas, con dibujos de cruces, calaveras y elementos de lo más variopintos. Horas de trabajo sin duda, detrás de cada uno de ellos.

 Cosas de los tiempos. El tatuaje agromán o tipo camionero, ese que antes se ponían los de baja estopa o los malotes, y que mas bien despertaba más fobias y reparos que filias, ha adquirido un significado diferente, y tiene aceptación en los dos sexos.

 Equiparación a todos los niveles, incluidos los del mal gusto, aunque para gustos, ya se sabe, los colores. Lo importante es poder hacer, sin que el sexo sea un handicap determinante o excluyente. 

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