Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 21 de junio de 2022

El bucle

 A vueltas con el último crimen clasificado como de violencia de género, el de un marqués residente en la Calle Serrano del Barrio de Salamanca, que tras descerrajar sendos disparos a dos mujeres en su vivienda, acabó suicidándose de la misma manera, a medida que pasan las horas y más datos se conocen de tan lamentables hechos, más le viene a uno a la cabeza la novela de Gabriel García Marquéz, Crónica de una muerte anunciada, donde la frase El día que lo iban a matar, es repetida hasta la saciedad.

 Sólo bastaría con cambiar el nombre de Santiago Nasar por el de la malograda Gema, puesto que la otra víctima segúramente sólo forma parte de este entuerto por tener la mala suerte de aparecer en la vivienda en el terrible momento de los hechos.

 Y a toro pasado, amen de las lamentaciones, vienen las preguntas, todas ella referentes a lo mismo: si se podía haber evitado o no.

 ¿En qué momento una persona cruza la frontera del respeto, y considera a otra persona como una posesión, a la que se puede manipular, dañar, vejar o maltratar a su antojo?, ¿En qué momento esa persona deja de ser alguien racional para dar rienda suelta a lo instititivo, para convertirse en un vulgar depredador?

¿En qué momento una mujer que ha sufrido maltratos y ha denunciado, decide volver a convivir con ella, obviando denuncias y procedimientos que podrían haberla defendido y salvado la vida?

 Y con respecto al entorno, tanto vecinos como trabajadores de negocios de la zona, conocían de las actitudes violentas de un sujeto que poseía armas de fuego sin tener licencia para ello. ¿En qué momento deciden mirar para otro lado y no denunciarlo?

 ¿ En que momento volverán a repetirse todas estas escenas, pues si hay algo recurrente en los casos de violencia de género o vicaria, es que indicios más que obvios eran nítidamente apreciables?

 Como en un bucle, convivimos con este problema, que no conoce de estratos sociales, ni de orígenes; una auténtico disco rayado que sigue sonando, aún con la aguja desgastada.

 No nos vendría mal reflexionar sobre un problema que por mucho que algunos quieran encerrar en el ámbito doméstico es de dominio público. 

 

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