¿ Es lícito cambiar de opinión? Obviamente sí, pero en campaña electoral es un caramelo, que ningún adversario dejará de utilizar.
Ya se sabe que en política casi todo vale, aunque sea a costa de tensar la cuerda al máximo y traspasar la línea que separa lo político, de lo personal.
Quien se meta en estos arenales, ha de saberlo. Las lágrimas de cocodrilo, para otra ocasión. Todo juego tiene reglas y por muy descarnadas que puedan parecer, rigen y son válidas, si son las mismas para todas las personas.
Reflexión que vale para todas la cuerdas. Más democrático, imposible.
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