Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 6 de junio de 2023

Hasta que la muerte os separe

 Curiosa frase, la de los matrimonios canónicos, momento más reconocido de esa celebración religiosa, repetida por propios y extraños:

"Yo (...), te recibo a ti (...) para ser mi espos@, para tenerte y protegerte de hoy en adelante, para bien y para mal, en la riqueza y en la pobreza, en salud y en enfermedad, para amarte y cuidarte hasta que la muerte nos separe."

Curiosa, porque parece raro que un cristiano sea tan fatal, creyendo como cree en la vida después de la muerte; si hay vida, porque ha de haber separación.

 Habrá quien fundamente que claro, dependiendo de cómo se haya portado cada cual, la separación puede ser inevitable si uno alcanza el paraíso de primeras y otro va al purgatorio tras tener la charla con San Pedro, así que eso de que el amor todo lo puede, no queda claro cuando se transciende esa frontera vital. En cualquier caso, aunque sea a distancia, ese amor de vida, podría tener continuación después de la muerte, salvo que uno de los contrayentes, se fuera con el ángel caído a las catacumbas del inferno.

 Como se ve combinaciones hay unas cuantas, de donde puede derivarse que esa contundencia de la frase arriba referida, es cuando menos chocante. 

 Será la voluntad de Dios, al fin y al cabo, que para eso se le profesa fe incondicional, la que decida si esa unión va más allá de los devenires mundanos y terrenos. En cuaquier caso, ya puesto a reproducir la famosa frase, momento culminante del compromiso sellado entre los contrayentes, quizá tenga más sentido aplicar esta otra opción:

”yo te quiero a ti como legítimo esposa o esposo y me entrego a ti. Prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida”.

 ... Y que sea Dios quien dictamine qué es vida y qué es muerte, cuando le toque proceder. Cosas de intentar aplicar la lógica en asuntos donde no todo se rige por esos designios.

 

 

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