Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




domingo, 25 de junio de 2023

Rammstein

 Escribo esta líneas cuarenta y ocho horas después de asistir al concierto ofrecido por la banda alemana en Madrid, saltándome la norma de dejar en barbecho el blog los fines de semana.

 Con los coletazos aún intactos del espectáculo pirotécnico y de sonido, al que asistimos más de cincuenta mil personas, soprendidas por una puesta en escena arriesgada y contundente, aún rastreo en internet crónicas sobre el evento, prodigándose de forma nítida las críticas a lo que ser vio en el Civitas Metropolitano, no tanto por lo que dio de sí el espectáculo, como por los precedentes que traía el mismo.

  Leo en artículo de Europapress, publicado el mismo día de San Juan, cuando se celebró el concierto, que la Fiscalía de Lituania, descarta investigar a Till Lindeman por delitos sexuales, ante la imposibilidad de reunir pruebas que avalen la tesis de que el cantante de la banda, suministró sustancias narcotizantes a la denunciante, sin su consentimiento, para obtener con ello favores sexuales.

 El viernes en los aledaños del estadio ya se palpaba esa extraña sensación de incomodidad que ha provocado la denuncia en la gira mundial del grupo de metal. Ante hechos que pueden ser muy graves si se confirman, (al parecer otras mujeres, han denunciado esa misma práctica en otras fiestas privadas), sólo queda esperar qué curso toman los acontecimientos en aras de que se esclarezca cuánto hay de cierto en esas denuncias, aún a riesgo de sepultar para siempre ese espectáculo perpetuo que es Rammstein como producto musical.

 Pese al retraso, más de una hora de espera, apenas amenizada con música de piano por dos chicas del staff de la banda, que tocaban algunas canciones del grupo, los asistentes disfrutamos de un número de luz y fuego total, con escenas que pasaban de lo humorístico a lo histriónico, siempre arropadas por el contundente sonido de guitarras que acompañan la voz de Lindeman, envejecido y torpe en sus movimientos, al que parecía vérsele distante en las tomas de cámara que proyectaban su cara maquillada y sudorosa  en las grandes pantallas que acompañaban el escenario a cada costado.

 Más de dos horas de música vibrante y de espectáculo soberbio, que tocaron a su fin con éxito, pese a la penosa acústica de un estadio de fútbol que, sin duda, está pensado para otros menesteres.  Como colofón, el propio Lindeman, en un correctísimo castellano, nos daba las gracias de todo corazón, al publico por su asistencia y complicidad. Parecía como si se hubiese quitado un peso de encima.

 Tocaba escapar por los vomitorios para salir del recinto, pero aún nos dio tiempo a ver zonas del backstage, con los integrantes de la banda abrazándose, ajenos a unas cámaras que estaban grabando y mostrando esas muestras de afecto ajenas al  evento. Había en los rostros caras de alivio y relajación. La prueba del primer concierto celebrado en la gira después de conocerse las acusaciones, se había superado con nota.

 Sólo queda esperar acontecimientos, ver qué sucede a partir de ahora;  por lo pronto y a medida que van pasando los días, cada vez nos queda más claro a todos los que asistimos al concierto, que lo hicimos a uno que no era uno más. Había y hay mucho en juego. Casi treinta años de andadura musical que penden de un hilo, tan fino, como necesario de conocer.


 



 

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