viernes, 11 de marzo de 2022

Rearme

 Las tropas rusas siguen avanzando en Ucrania, campo de operaciones de la nueva politica exterior de Putin, ávido de protagonismo, borracho de un paneslavismo de raíz rusa, que reclama para sí mismo todos aquellos territorios que siempre fueron parte de su área de influencia.

  A menos de ochenta kilómetros de la frontera con Polonia, a algo más de ciento cincuenta de la de Rumanía, las díscolas hijas del caído telón de acero, que no deberían nunca haber cambiado de redil.

 Llueve sobre mojado y de qué manera. Expectantes y tensos, a este lado de Europa se mira con preocupación las maniobras militares de destrucción que hace tiempo que dejaron de ser persuasivas. Ni guerra rápida, ni consolidación de los nuevos estatus de Crimea y el Donbás. En el granero del este, se juega algo más que una propinilla en forma de territorios.

 Tiempos de rearme, de colocar tropas aquí y baterías de misiles allá, como en el Estratego. Todo cambia para que, en el fondo sigamos como siempre. El mundo que creíamos enterrado en mil novecientos noventa, vuelve desde su tumba, aunque tal vez, no se haya ido, tal y cómo pensábamos. Heridas que no cicatrizan, latentes y presentes, vuelven a la superficie de manera recurrente. Siempre.


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