A tiros.
Cerrando un parque como el de Fuente del Berro, durante tres horas. A perdigonazos.
Seguimos en las mismas.
Si hicieran lo mismo con todas las especies invasoras que registra Madrid, esto sería una masacre. Y como simpre pagan justos por pecadores, por qué no sancionan a quienes las trajeron hasta aquí, para adoptarlas como mascotas, y cuando se cansaron de ellas, terminaron soltándolas como siempre hacen los desalmados que se encaprichan con un animal como si fuera un juguete, y luego lo abandonan a su suerte.
Aunque sea en sentido figurado, como es obvio, que los cacen a ellos, Miserables.
Cuándo entenderemos que más vale prevenir que curar. Que sancionen duramente a quienes abandonan animales, seguro que así nos ahorramos espectáculos tan lamentables como la batida de cazadores matando pajarillos inocentes e indefensos en un parque a plena luz de día.
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