Otros cuatro días fuera. Fruto de un puente desacompasado. En vez de muertos, celebramos la Almudena.
Cuatro días de asueto, con doce horas de coche y más de mil kilómetros de autopista. Me voy soltando en estas artes conductoras.
Cuatro días de descanso, y vuelvo más cansado de lo que estaba, como ocurre en todas mis vacaciones. Pero la vuelta es de reseteo puro, con la cabeza despejada y nueva. Pilas cargadas para el tramo final de año, hasta que las cansinas navidades vuelvan a cargarlo todo.
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