Madrid va a dedicarle una plaza, en Lavapiés, barrio donde nació. No puedo evitar una sonrisa, grande, limpia, hermosa. Una sonrisa llena de ternura, como la que repartia a paladas Gloria Fuertes en sus versos y en sus cuentos infantiles.
Ternura, esa es la palabra. Aquella señora de cabellos blancos, que salía por la tele recitando poemas con esa voz y esa cadencia tan peculiares, nos dio a toda una generación, la oportunidad de conocer el amor con esa inocencia, como sólo podria hacerlo una persona con un corazón tan grande y generoso.
Recuerdos de infancia. Un globo dos globos, tres globos, la luna es un globo que se me escapó. Rosa León y las brujerías del brujito de Gulubú. Charlie Rivel con su guitarra y su silla sobre un escenario.
¿ Quién cuenta la ternura hoy así?
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