Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 21 de febrero de 2017

Orwell

 Orwell está de moda. Aunque tal vez sería más justo decir que no ha terminado de irse nunca. Su literatura profética, convierte a ese autor en un bien necesario del que tirar cuando las cosas parecen venir mal dadas y el Gran Hermano parece estar más presente que nunca en nuestras vidas. Lectura como remedio a la neurosis colectiva que la elección de Trump al frente del gobierno de los Estados Unidos parece haber generado, disparando las ventas de su más conocido título 1984. 

 Pero Orwell también está de actualidad en España. Nuestro Orwell, aquel que vino en plena Guerra Civil, que se alistó en las filas del POUM y acabó combatiendo del lado republicano en el frente de Aragón. Aquellas vivencias quedaron reflejadas en un libro, Homenaje a Cataluña, que ya fue motivo de comentario en este blog, y que a día de hoy sigue siendo el libro más venido sobre la contienda fratricida española. Ojos observadores que tomaron parte de aquello que aún hoy mantiene enfrentado a determinados sectores de un país que no sabe ni quiere digerir hechos y males pasados.

 Desde el pasado día dieciséis, en Huesca, ciudad a la que nunca llegaron ni Orwell ni las milicias en las que se enroló, puede verse la exposición  Orwell toma café en Huesca, que trata de conmemorar la presencia del escritor británico en España, a través de una muestra que recorre todos sus pasos: Su llegada a Barcelona, el traslado a las trincheras de la sierra de Alcubierre, donde resultó gravemente herido por un disparo en el cuello; su estancia en el hospital de guerra del Pueyo, en el término de Barbastro y su definitiva salida del país por Port-Bou. Las dos únicas fotografías que se conservan de Orwell en España son uno de los grandes atractivos de esta muestra que permanecerá abierta tantos días como estuvo el escritor en el frente de Aragón: del 17 de febrero al 25 de junio, fecha en que fue evacuado al caer herido.  

 Tras la toma de Siétamo, con la intención de mantener alta la confianza y la moral entre los soldados, cuya euforia poco podia durar con las penosas condiciones de vida en las trincheras, escasas de armas, munición y pertrechos con los que combatir el frío, algo de lo que se hace eco Orwell en su libro, el general al mando dijo: Mañana tomaremos café en Huesca. Al visitante le llamará la atención ver una mesa de mármol vacía, con un café dispuesto para ser tomado, que se hace eco así de aquellas tan poco premonitorias palabras; y como si de reparar ese hecho se tratase, quien si ha tenido la oportunidad de tomarlo, ochenta años después, ha sido su hijo, Richard Blair, que junto al hijo del comandante Klopp a cuyas órdenes sirvió Orwell, han sido invitados a la exposición.

 
 

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