Ni una sola sanción en trescientos sesenta y cinco días. Nadie en las calles cometió abusos o excesos, en cualquiera de las algaradas, botellones clandestinos, o convocatorias no autorizadas, acaecidas en las calles catalanas. Libertad de expresión elevada a la enésima potencia.
Coherencia provocadora. Cristalina.
Cosas de politicastros, que decía mi abuelo, y que cada cual entienda lo que quiera...
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