Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 5 de enero de 2023

Ser perro

 Siete de la mañana. Un grado bajo cero marca el termómetro del coche cuando lo cojo para ir a trabajar en el día de reyes. El día de la ilusión para mi es una jornada más, un viernes más. 

 Enfilo para coger el desvío hacia la A4 y en medio de la oscuridad veo a una chica andando con su perro por la acera. Siento lástima por la muchacha, con este frío que pela, pero me alegro por el animal, que se alivia de sus necesidades, bien temprano.

 No hace mucho yo era igual. Cuando bajaba a Málaga a ver a mis padres me levantaba media hora antes de conectarme con el ordenador para sacar a Darco.  La cara de felicidad del animal, moviendo el rabo era una fiesta. Felicidad contagiosa.

 Dentro de dos días hará un año que nos falta, angelito, tras casi diecisiete años de compañía, cuidado y cariño, que dejan una huella imposible de cubrir. 

 Ser perro es algo extraordinario. Un animal sin parangón. Ya Descartes los consideraba animales filosóficos, por esa curiosidad innata que manifiestan, ese afán por conocer. Vivir con ellos es recibir una lección diaria, ayudarte a comprender cuáles son las cosas importates en la vida. Por un sitio donde dormir, algo de comida y un poco de cariño, muestran un vínculo y una capacidad de compromiso del que nosotros carecemos por completo. 

 Sé que algún día volvere a disfrutar de la compañía de uno. Cuando mis circunstancias sean otras, viva en un sitio más amplio y goce de más tiempo para darle compañía. Dar y recibir, no se debería tener perro si no se está dispuesto a devolver lo mismo que el animal te dará. Eso bien podría valer para cualquier tipo de relación, ya puestos.


 

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