Santuario Mariano, lugar de peregrinación al menos cuatro veces al año, con momentos de afluencia masiva en agosto y septiembre. Acompaña al peregrino exhausto, que a duras penas se ha recuperado en Labián de la etapa de frontera que atraviesa A Canda. Para dar la bienvenida a Galicia, antes hay que pasar por este refugio de piedra, templo barroco de cruz latina, trasladado piedra a piedra, sillar a sillar, hasta su actual emplazamiento.
Paisaje de postal, en zona montañosa, que aunque no muy pronunciada, deja sendas de piedra y bosque de una belleza extraordinaria. Lástima de progreso que perfila el trazado de la A-52 por estos páramos, carentes de silencio y tranquilidad por el ruido de los coches.
Contaminación paisajística que mata lo bucólico de un sitio así. Peaje excesivo.
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