Botin de expurgo, dice una querida compañera de fatigas en redes sociales, amante de los libros y fundamentalista galdosista, cuando hace alusión a su último botín en librerías de segunda mano, repleto de ediciones de bolsillo de hojas amarillentas, conseguidos muy probablemente a precio de fruslería.
Bendita expurga la tuya, querida Carmen, en textos que nada tienen de ofensivos y sólo invitan a limpiar la conciencia a fuerza de cincelarla con conocimientos. Me has picado, pronto me aprestaré a hacer una escabechina similar en alguna de las muchas librerías que aún quedan por el foro de casi estraperlo.
Libros, libros...
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