Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




martes, 5 de julio de 2022

Hipocondríacos

 Nada peor que comerse el tarro, especialmente en cuestiones médicas.

 A cuenta de la pandemia, muchos creían que después de superar esa prueba, nada volvería a ser igual. Pero la realidad, parece desmentir esos malos presagios. Las mascarillas vuelven a ser una rareza, salvo donde son obligatorias, y las rutinas de trabajo y ocio vuelven por sus fueros.

 Sin embargo, un poso de inquietud se mantiene latente; un miedo oculto, que no paraliza en todos los casos, que está ahí presente. Y cuando se vive en un estado de zozobra, en el filo,  el creer que se está enfermo porque se identifican algunos síntomas, es el siguiente paso. Paso previo y necesario a buscar información por cuenta propia, antes que buscar ayuda por cuenta ajena. Ya era una práctica extendida, que en todo caso, ahora se propala de un modo más notorio, pero el autodiagnóstico, no sólo está entre nosotros, sino que ha venido para quedarse y extenderse.

 Leía el otro día en un periódico a doctora comentar que los nuevos galenos han de ser conscientes de que han de tratar a pacientes que no son legos en la materia. No como antes. Antes se iba al médico a escuchar un diagnóstico. Ahora hay quien lo rebate, ¿Pérdida de autoridad? Al final quien dicta sentencia es el conocimiento, el que sabe qué debes hacer para sanar, ese lleva la sarten por el mango.

 Suplantación de una nueva hornada de hipocondríacos. Jugar a ser médicos de mentira, cada vez se lleva menos.

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