Motivación existencial

Ricón para pequeñas reflexiones ahora que las puestas de sol se ven desde los cuarenta...
por Dondo Moreno




jueves, 21 de julio de 2022

Senectud

 Caminaba encorvado, mirando al suelo, contando los cuadrados de las baldosas de la acera, de uno en uno, o de cuatro en cuatro, según le diera cada día. Calculaba a ojo de buen cubero, los centímetros de cada una. Cada día la distancia desde casa al parque era diferente.

 Con el bastón en la mano izquierda, y el pañuelo de tela en la derecha, siempre en ella, haga frío o calor. Cuando te haces viejo el moqueo no es fruto del frío.

 No todos los días el banco del parque está vacío. La cercanía del instituto le obliga a compartirlo con los que hacen pellas a media mañana, justo cuando el sol más dulce coge carrerilla y sube.

 Se acomoda en otro más apartado, más oscuro. No importa. Las palomas no entienden de sol ni de temperaturas. En cuanto saca la bolsa con migas de pan y arroz, el corrillo de arrullos se hace evidente.

 Un día trás otro, semana a semana. Qué lejos quedan los días en que un sábado era distinto a un lunes. 

 Se acaba el condumio, aunque no por ello las vecinas aladas abandonan. Desde hace años son la compañia más fiel que tiene, aunque sea interesada.

Hora de volver, de desandar lo andado, de volver a contar baldosas, de hacer cálculos. Todos nos volvemos de ciencias y hacemos números en la senectud.

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario