lunes, 23 de marzo de 2020

Veinte mil

 Hoy todos andamos pendientes de una cifra, ese número cuya actualización sigue una progresión constante, exponencial por momentos, aunque parece que la cuantía de sus incrementos pierde algo de fuelle, lo cual lejos de alegrarnos nos mantiene en vilo, pues no en vano la cifra de contagios sigue su lento y constante senda de crecimiento.

 Es un número, nada más que un número, pero esa cifra nos desanima, nos deja alicaidos y nos inmersiona en pesadumbres de complejo calado, nos quita el sueño. No en vano vivimos una pesadilla, hacemos frente a una pandemia. 

Hoy en medio de tan funesto momento, hay otra cosa que me gustaría significar y compartir.

 Hay otro número que también crece, a ritmo lento, muy lento, pero constante, es el número de visitas que recibe este blog, desde que comenzara a escribirlo allá por dos mil doce, camino va de los ochos años. Un número redondo y que me llena de orgullo, pues veinte mil apenas si supone haber recibido dos mil quinientas visitas al año, cifra tan modesta que deja esta mi pequeña creación a la altura de un grano de arena en medio de un inmenso desierto. Pero con eso y todo, cada visita que recibe esta página es un halago que me llega inmerecidamente, y cada lectura de cada una de mis reflexiones, un don que guardo como oro en paño, por conseguir que alguien pierda su preciado tiempo en leer algo que sin duda, no lo merece.

 Serán muy pocas, pero son, y para mi suponen algo más que un espaldarazo, implican una razón más para continuar. Hoy tengo veinte mil razones para seguir escribiendo. 

  Infinitas gracias.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Quevedo

  Cada vez que se encuentran textos inéditos de un autor consagrado, hay razones para la algarabía, si encima el autor en cuestión es Queved...