Miro por la ventana
Siento que tengo suerte.
Es sólo un descampado, lleno de maleza
Sobre una fosa séptica, apenas tiene mayor función que
servir de pipi-can.
Decenas de vecinos acuden a él, de uno en uno, con o sin máscaras,
Para estirar las piernas y dar un paseo.
Nunca dio tanta envidia tener una mascota en casa.
Unos son tranquilos, y apenas olisquean los arbustos
Otros corretean sin parar, aprovechando la licencia para hacer
ejercicio,
Ese que yo hago con ellos mentalmente mientras los miro,
Y andando por el pasillo y el salón, hasta dar dos mil
pasos,
Cuando se hace de noche, mi reto diario.
Es mejor que mirar la tele.
Por mi ventana entra luz,
Y contemplo las vistas.
Edificios que se pueblan de linternas y bocinas
Para completar las salvas de aplausos de todos los días, a
las 8
También veo las cuatro torres de Castellana, las cuatro y
pico.
La quinta a medio construir,
va a buen ritmo, incluso ahora pese a las restricciones.
Es un espectáculo ver la Torre Cepsa con su lateral
iluminado
Mandándonos mensajes en mitad de la noche:
Stay at home, Gracias
Pequeño espectáculo de luz y sonido, al que solo falta pirotecnia
Que ya sacaremos cuando acabe el confinamiento
Mi ventana es mi escaparate, mi salida ahí afuera.
Es mi ayuda, mi soporte, mi consuelo.
Es mi suerte.
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